Pascal Quignard: Sobre la crisis griega (fragmento)

11 de abril de 2015




¿Por qué la filosofía fue el callejón sin salida del pensamiento mítico en Occidente? ¿Por qué el pensamiento mítico, de manera tan imprevisible como suntuosa, en el oeste del mundo procuró desmitificarse? Momento imprevisible, en el siglo V antes de nuestra era, en el borde del mundo oriental, durante el infatigable ascenso potencial de los gimnosofistas de la India y de los sofistas de Oriente que recorrían el mundo antiguo de caravana en caravana, de factoría en factoría, de encrucijada en encrucijada, de feria en feria, de barco en barco, de puerto en puerto.
La primera filosofía no es primera. La filosofía fue una reacción a la errancia salvaje del pensamiento, de origen chamánico, que se irradió a partir del lago Baikal, que cruzó el estrecho de Bering, que se realizó poco a poco, en Asia y en Europa, en el transcurso del neolítico.
La filosofía quiso ser, precisamente, una anti-sofística.
Al libre juego de la lengua a partir de la alucinación del sueño, el budismo respondió mediante el estallido de esa alucinación (en sánscrito, el nirvana); la filosofía respondió mediante la verdad (en griego, alétheia).
La palabra nirvana significa extinción. Extinguir el reflejo. La palabra a-létheia significa no-olvido. No olvidar, detrás de las siluetas proyectadas sobre la pared que está enfrente, la luz que las alumbra. La filosofía se niega a apagar la mecha. A la ascesis de Medio Oriente, la filosofía de los antiguos griegos respondió con una paideia que asigna un fin en el interior de la polis. Antes que la noesis, la filo-sofía prefirió la pedagogía de los niños y puso por delante la constitución política de las ciudades autónomas, muy celosas de su hegemonía. La educación inicia en el saber constituido, predispone a la deliberación de la asamblea, inserta el mundo psíquico en la fascinación política, la orientación de las virtudes, la jerarquía de valores, la coerción de las leyes, el miedo a los jueces. Tal integración comunitaria constituye su alegría particular. Su tarea consiste en sujetar al sujeto de arriba abajo. Es la felicidad de la pertenencia. Es la politeia.
Ahora bien, dicha facultad inclusiva es contraria al pensamiento errático (a la búsqueda aporética) así como el saber es lo contrario del conocimiento. Saber y conocer son heterogéneos. El chamán era rechazado a la periferia del grupo de caza (machos adolescentes y machos maduros, todos portadores de lanzas) así como era excluido del hogar (a la vez femenino, infantil y senil).

La secesión de los cazadores de espíritus y su vida solitaria comenzó mucho antes de la Historia, muchísimo antes de la politización de las ciudades griegas, mucho antes de la mitificación de los grandes relatos. Incluso mucho antes de las primeras ciudades del mundo neolítico. El pensamiento comenzó mucho antes de Atenas, Roma, Alejandría, Bizancio, Bolonia, París, Oxford, Berlín, Viena. Comenzó ya en el mundo paleolítico con el movimiento de la aproximación que entrega al cazador a la proeza solitaria. El movimiento que preside la anacoresis es originario. Precedió al mismo Buda. Ya está en Shiva desnudo, itifálico y cubierto de cuernos en el bosque de pinos. 






En Morir por pensar, Cap. XVII
Ultimo Reino IX
Trad. Silvio Mattoni
Buenos Aires, Cuenco de Plata, 2015
Foto original color: Pascal Quignard, Paris, 1989
© Sergio Gaudenti/Kipa/Corbis


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