Wallace Stevens: Notas para una ficción suprema, IV (bilingüe)
9 de abril de 2013
La primera idea no fue nuestra. Adan
en el Edén fue el padre de Descartes
y Eva hizo del aire el espejo de sí misma,
de sus hijos y sus hijas. Se encontraron
en el cielo como en un cristal; una segunda tierra,
y en la tierra misma encontraron un prado:
en el cielo como en un cristal; una segunda tierra,
y en la tierra misma encontraron un prado:
los habitantes de un muy pulido prado.
Pero la primera idea no fue dar forma a las nubes
en imitación. Las nubes nos precedieron.
Pero la primera idea no fue dar forma a las nubes
en imitación. Las nubes nos precedieron.
Había un centro de barro antes de que alentàramos.
Había un mito antes de que el mito empezara,
venerable y articulado y completo.
De esto surge el poema que vivimos en un lugar
que no es el nuestro y, mucho más, no nosotros
y duro es pese a los días blasonados.
Había un mito antes de que el mito empezara,
venerable y articulado y completo.
De esto surge el poema que vivimos en un lugar
que no es el nuestro y, mucho más, no nosotros
y duro es pese a los días blasonados.
Nosotros somos los imitadores. Las nubes son pedagogos.
El aire no es un espejo sino tabla rasa,
bastidores, claroscuros, trágico claroscuro
El aire no es un espejo sino tabla rasa,
bastidores, claroscuros, trágico claroscuro
y cómico color de la rosa, y en él
instrumentos abismales emiten sonidos como señales
de los amplios significados que les añadimos.
instrumentos abismales emiten sonidos como señales
de los amplios significados que les añadimos.
The first idea was not our own. Adam
In Eden was the father of Descartes
And eve made air the mirror of
herself,
Of her sons and of her daughters. They
found themselves
In heaven as in a glass; a second
earth;
And in the earth itself they found a
green—
The inhabitants of a very varnished
green.
But the first idea was not to shape
the clouds
In imitation. The clouds preceded
us.
There was a muddy centre before we
breathed.
There was a myth before the myth
began,
Venerable and articulate and
complete.
From this the poem springs: that we
live in a place
That is not our own and, much more,
not ourselves
And hard it is in spire of blazoned
days.
We are the mimics. Clouds are
pedagogues.
The air is not a mirror but bare
board,
Coulisse bright-dark, tragic
chiaroscuro
And comic color of the rose, in
which
Abysmal instruments make sounds like
pips
Of the sweeping meanings that we add
to them.