Abdulrazaq Al-Rubayi: Diez poemas

4 de octubre de 2011





Exilio

El billete no ha cruzado las fronteras de los dedos
y el avión no es verde.
El billete se ha quedado en la pista de despegue
y el avión vuela sobre la cabeza del empleado,
exactamente.
Digo:
¿Por qué seguimos apretando los cinturones
a los exilios?
Ya los pies están ciegos
porque no pueden distinguir los rostros de las aceras.
Porque el avión no es verde
y todos los exilios son iguales,
... igual que los zapatos del polvo.



Cielo negativo

Cuando ha parado la lluvia,
el viento ha sido malintencionado.
Dos pájaros han volado sobre el cable eléctrico.
Y después de la explosión de su beso,
en menos de un segundo se han templado,
se han convertido en cenizas.
Así, hemos sido... y así estamos,
debajo del cielo negativo.



Nacimiento

Nuestros nacimientos son improvisados
y nuestros días infinitos.
Nosotros enseñamos a nuestros niños,
desde sus primeras tristezas,
que escriban en las espaldas de sus días:
                                                 "Bye... bye".



Contraste                                                       

Las manos
            se alzan
                        se alzan.
Los pies
            se convierten
                        en muletas.



Cara

                                                               
En el espejo
una cara me mira con ironía.
Quizá nos hemos presentado
antes
en
el club de los espejos.



Recuerdos

Entre el atasco
he visto mis recuerdos recorriendo las calles.
Y he visto el cielo.
Está cada vez más jorobado
de tanto abrazar cariñosamente
mi soledad herida.



Incitación

Se ha encerrado
en el cuarto de baño.
Ha sacado sus cosas secretas.
Ha mirado al frente
y ha leído:
"Así sois siempre:
coméis,
defecáis
y no exigís.
Se ha asustado temblando de pie
en forma de cruz.
Ha corrido revolucionando
y exige
que borren lo que está escrito.



Incendio

En la cara del río de la infancia
había largas anotaciones
llamadas barcos.
Había anotaciones verdes
llamadas césped.
Había anotaciones negras
llamadas noches.
Y había una anotación luminosa
sin nombre
ni color:
sólo el olor de un cuerpo quemado.



Llaves

Las llaves se pelean en mi bolsillo:
la llave del piso con la llave del buzón.
La llave del dormitorio con la llave del armario.
La llave del despacho con la llave del paraíso.
Intento calmar la situación:
reparto mis llaves
entre los bolsillos agujereados.
Y así he dormido fuera de la casa del mundo.



Cóctel en la despedida del siglo

Somos innecesarios
igual que los ladridos del barco en un océano ancho.
Somos innecesarios
igual que el esqueleto de un tren que
ha envejecido debajo de las ruedas
del óxido del olvido.
Y los eructos de los animales perdidos.
Somos innecesarios
igual que el polvo de las tizas al final de
la clase.
Somos innecesarios
igual que los poetas en el siglo veintiuno.







Poeta iraquí de la generación de los ochenta. Nació en Bagdad en 1961 y abandonó su país en 1994. Actualmente reside en el sultanato de Omán. Es autor de varias obras importantes de poesía y teatro, entre ellas: Continuación de la muerte anterior, Funeral a lo que queda, Cadáveres colgados y Oh, tormenta.
Versión: Muhshin Al Ramli
Fuente texto y foto: Poesía árabe



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