Así Thomas Bernhard, en "Los comebarato"
10 de abril de 2011
Hacía ya largo tiempo que no quedaban libros que pudieran salvarle, sino sólo frases, frases sueltas de Novalis, por ejemplo de Montaigne, de Spinoza, de Pascal, a las que de vez en cuando tenía que aferrarse para no sucumbir (p. 142).
Del lenguaje había dicho que sobre todo estaba formado por palabras como pesas, por las que los pensamientos eran constantemente echados abajo y oprimidos contra el suelo y por eso no podían hacerse visibles en ningún caso, en su total importancia y real infinitud (p. 143).
Sobre la incomprensible hermandad de Bernhard-Novalis,
véase Michel-Francois Dennet:
Los hermanos enemigos. Thomas Bernhard y Novalis,
en Tinieblas, Barcelona, Gedisa, 1987
Bernhard Thomas, Los comebarato
Trad. Carlos Fortea
Madrid, Catedra, 1989
Foto: Thomas Bernhard por Sepp Dreissinger