Robert Graves - Cranea, la dura o pétrea, diosa blanca
12 de septiembre de 2008
Transcribo de La diosa blanca (Buenos Aires, Losada, 1970, págs. 84 y ss.):
(...) Los dueños de casa romanos arrojaban habas a las ánimas en las Lemurias para darles posibilidad de renacer, y las ofrecían a la diosa Carnea en su festival porque ella tenía las llaves del Infierno.
A Carnea se la identifica generalmente con la diosa romana Cranae, que era en realidad Cranea, la dura o pétrea, sobrenombre griego de la diosa Artemisa, cuya hostilidad a los niños tenía que ser aplacada constantemente. Cranea tenía cerca de Delfos un templo donde el cargo de sacerdote lo desempeñaba siempre un muchacho por el término de cinco años; y un bosque de cipreses, el Craneo, en las afueras de Corinto, donde Belerofonte tenía un altar de héroe. Cranae significa roca y se relaciona etimológicamente con la cairn gaélica, que ha venido a significar un monton de piedras en la cima de una montaña.
Yo la llamo Diosa Blanca porque blanco es su color principal, el color del primer miembro de su trinidad lunar, pero cuando el bizantino Suidas dice que Io era una vaca que cambió su color de blanco en rosado y luego en negro quiere decir que la Luna Nueva es la diosa blanca del nacimiento y el crecimiento, la Luna Llena la diosa roja del amor y la batalla, y la Luna Vieja la diosa negra de la muerte y la adivinación. Confirma el mito de Suidas la fábula de Higinio de una novilla nacida de Minos y Pasifae que cambiaba de color tres veces al día de la misma manera. En respuesta a un desafío del oráculo, un tal Polido, hijo de Cerano, la comparó apropiadamente con una mora, fruto consagrado a la Diosa Triple. Las tres piedras erectas derribadas en Moeltre Hill, cerca de Dwygyfylchi en Gales, en el iconoclasta siglo XVII pueden muy bien haber representado la trinidad de Io. Una era blanca, otra roja y la tercera azul oscura, y las llamaban las tres mujeres. Según la leyenda monástica local, tres mujeres vestidas con esos colores fueron petrificadas como castigo por haber aventado el grano en domingo. (...)