René Char - Dos poemas
1 de agosto de 2007
La compañera del cestero
Yo te amaba.
Amaba tu rostro de manantial abarrancado por la tormenta y la cifra de tu dominio que cercaba mi beso. Hay quien se confía a una imaginación redonda. A mí me basta ir.
He traído de la desesperación un cestillo tan pequeño, amor mío,
que ha sido posible trenzarlo con mimbre.
Las murallas y el río
No querría marcharme precediéndote, semejante a una hierba
segada, a llamarte contra Thouzon desierto y su corazón
no destruido.
Versión de Jorge Riechmann