María Victoria Atencia
1 de agosto de 2007
La madre de Héctor
Por esa ley antigua que obliga a los amantes
a sucederse en otras y otras generaciones,
yo misma a un joven héroe di vida en mis entrañas.
Me doblegué a las lunas y en su espera de júbilo
los hibiscos tiñéronse.
Se hacía transparente su rostro sobre el mío
y él me daba nobleza, belleza, plenitud.
Incendio tras incendio, el cuerpo prevalece.
(En Ex libris)
Reproche a Holan
Para Clara Janés
Si ves Moldava abajo, río abajo
—frente a la Isla de Kampa y el Molino del Búho—
un cubo de basura tiernamente mecido,
dulcemente mecido hasta el agotamiento,
no pienses en el cuerpo de Ofelia que las ratas horadan
entre sus muslos blancos, cubo adentro, hasta el fondo;
preserva
su maternal secreto río abajo.
En El puente, 1992
Foto original color: María Victoria Atencia
Premio de poesía iberoamericano Reina Sofia 2014
Foto Samuel Sánchez Fuente