Antonio Gamoneda: Tres poemas de Exentos III

6 de septiembre de 2012




La serpiente que silba en el rocío
entra en el corazón de las infantas
y la sombra es ovípara.

                   Me mira
el animal que calla.

Después, la mano del pastor extiende
vértigo y luz. De las bóvedas verdes
caen hojas aciagas
al fondo de la púrpura.

                  Me mira
el animal que calla.






Las serpientes se desnudan en la luz y las madres
silban en el oído de los agonizantes. Es
la lógica mortal.
¿Para qué soportar la pureza de las preguntas? Va siendo
preferible
que empiece la inexistencia y
que las serpientes dejen de llorar.





En heridas y sombras
puse mi vida
y, cualquier día, de mi corazón,

van a ir saliendo los insectos y
van a ser ciegos. Lástima de luz.

Lástima de luz.




Veinte poetas españoles del siglo XX
Selección de Marta López-Luaces y prólogo de Miguel Casado 
Caracas, Venezuela, 2008


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