Thomas Bernhard - Almuerzo en la casa de los Wittgenstein (fragmento)

5 de agosto de 2010





Ritter:
Leer algo, cuando oscurece correr las cortinas, tomar el té en lo de la tía Margarethe, qué fácil era entonces escapar de la desesperación. Pero eso ya no basta. Pronto tampoco bastará llevarse una biografía a la cama.

Dene:
La música puede ser a menudo la salvación.

Ritter:
Tienes razón, pero pronto no podremos tampoco escuchar música, cuando nuestros oídos súbitamente aborrezcan la música, porque abusamos de ella para poder sobrevivir.

Voss:
Eso no se puede aplicar al pensamiento. Por más que abusemos, siempre se puede seguir pensando. Al final todo nos pone nerviosos, menos pensar. El que piensa puede envejecer sin problemas. O tener durante toda la vida una idea loca, una sola idea loca. Escuchar, leer, mirar, todo eso no es nada comparado con esa sola loca idea, pero ése es mi problema.
(Dene sale llevándose algunos platos.)
Una solución matemática naturalmente, resuelta de manera puramente matemática. Qué mal me siento a veces, como si estuviera moribundo y de pronto todo está bien otra vez, porque pienso. Pensando lo supero todo.
(Cuchichea)
No tenía el propósito de venir acá. Mis hermanas son destructivas, me aniquilan. Le dije al Director:"Cuando venga mi hermana dígale que no quiero ir a casa. Ir a casa será mi muerte". Pero tú sí me entiendes, siempre fuiste la que me comprendió mejor. Tu hermana sólo se entiende a sí misma.

Dene (entra y sirve la comida a sus hermanos):
Le dije al Director que sé cómo manejarme con un filósofo. "Cuidadosamente", le dije. Eso le causó gracia.

Voss:
"Mis hermanas son actrices" le dije al Director la primera vez que lo vi. "Póngase en guardia, tienen mucho dinero y son actrices". Para mí no hay nada más odioso. Pero las cosas son así, justamente tenemos que resignarnos a lo que más nos repugna. "No crea que tengo la intención de suicidarme", le dije "…es lo que teme mi familia. A veces pienso en eso, pero prefiero una muerte natural o como quieran llamarla. No tema, no pienso suicidarme". Así que me dejaron los tiradores, ya desde mi primera estadía. Y esta mañana le dije: "Como puede ver, no me he suicidado. Nos dejamos morir cuando queremos" le dije al Director, "no hace falta usar la violencia".

Dene:
Aquí hay un trozo de carne muy bueno, Ludwig, ¿quieres?

Voss: (niega con la cabeza)
Tenemos una enfermedad mortal y sabemos que moriremos de ella. Podemos apurar ese proceso, detenerlo o prolongarlo pero naturalmente sabemos que todo es cuestión de poco tiempo. Y nos decimos: al menos terminar el capítulo, en eso encontramos nuestro mayor placer. Por eso seguimos existiendo, no por otro motivo
(Dene vierte salsa sobre la carne, de la que Voss casi no ha comido.)
Sólo somos felices cuando estamos enfermos.
(Mira a su alrededor.)
Pensé que todo estaría distinto, pero ustedes no cambiaron nada. Aferrarse a todo es típico de ustedes. Sólo puede ser una visita breve.






Almuerzo en casa de los Wittgenstein o
Ritter, Dene, Voss
Cortesía Miguel Ruibal


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