Thomas Bernhard - El imitador de voces (fragmentos)

1 de enero de 2008




Traducción: Miguel Sáenz


Deseo insatisfecho

Una mujer de Atzbach fue muerta por su marido porque, en opinión de éste, se había puesto a salvo de su casa en llamas con el niño equivocado. No había salvado a su hijo de ocho años, para el que el marido proyectaba algo especial, sino a su hija, a la que el marido no queria. Cuando, ante el tribunal de distrito de Wels, le preguntaron al hombre qué era lo que proyectaba para su hijo, que quedó totalmente carbonizado en el incendio, el hombre respondió que quería hacer de él un anarquista y asesino a manos llenas que aniquilase a la dictadura y, por consiguiente, al Estado.


Hotel Waldhaus

No tuvimos suerte con el tiempo y nos tocaron en la mesa también comensales desagradables en todos los sentidos. Hasta nos quitaron el gusto por Nietzsche. Incluso cuando se mataron en un accidente de coche y estaban de cuerpo presente en la iglesia de Sils, seguíamos detestándolos.


Autor caprichoso

Un autor, que sólo escribió una sola obra teatral, que sólo debía representarse una sola vez en él, en su opinión, mejor teatro del mundo e, igualmente en su opinión, sólo por el mejor escenógrafo del mundo e, igualmente en su opinión, sólo por los mejores autores del mundo, se apostó ya antes de que se levantara el telón del estreno, en el lugar del gallinero más apropiado para ello, aunque totalmente invisible para el público, apuntando con un fusil-ametrallador, expresamente fabricado con ese fin por la casa suiza Vetterli y, después de levantarse el telón, se dedicó a disparar un tiro mortal en la cabeza a todo espectador que, en su opinión, se reía a destiempo. Al término de la representación, en el teatro no había más espectadores que los que había matado a tiros y, por lo tanto, espectadores muertos. Ni los actores ni el director del teatro se dejaron distraer por un segundo, durante toda la función, por el caprichoso autor ni por lo que hacía.


Imaginación


Cerca del barrio copto de El Cairo nos llamaron la atención calles enteras en cuyas casas de cuatro y cinco pisos se criaban miles de gallinas y cabras y hasta cerdos. Intentamos imaginarnos que se oiría si esas casas ardieran.


Fuente y selección: http://www.deabruak.com/


2 comentarios:
Unknown 2 de enero de 2008, 3:28 a.m.  

Cuando leí estos fragmentos en F.S., Pat, me impresionó demasiado el del Autor Caprichoso, entre otros. En primer lugar, la forma de dominar las contradicciones de una forma tan natural y mostrar que hasta la mejor ejecución puede estar llena de un arte muerto.
Un abrazo.

Anónimo 2 de enero de 2008, 3:37 p.m.  

El fragmento titulado "Imaginación" me parece muy superior a los otros tres. La imagen terrorífica por encima de lo cruel-discursivo.

Saludos, Pat.

Pármeno

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