Thomas Bernhard - Escribir prosa
25 de diciembre de 2007
Para mí, lo más espantoso es escribir prosa. Nada más complicado. Además, desde el instante en que me di cuenta juré no escribir sino prosa. Habría podido volverme cualquier otra cosa. Aprendí muchas otras disciplinas, pero ninguna dejaba de ser espantosa. Tomé desde muy joven lecciones de dibujo y habría podido convertirme probablemente en un dibujante corriente, ejecuté sin dificultad diversos instrumentos, habría podido escribir música, lo que se llama componer. Hubo un tiempo en que quería absolutamente volverme director de orquesta; estudié estética musical y toda clase de instrumentos, luego abandoné. Eso me parecía demasiado fácil. Hubiese podido a continuación hacerme comediante, director de escena, dramaturgo. En un momento apasionado, cultivado, interpreté diversos papeles, cómicos sobre todo, inclusive el de director de escena. Seguí también cursos de formación comercial; quería dedicarme a los negocios. Me habría gustado seguir ese camino.
Joven todavía, hacia los dieciséis o los dieciocho años, no odiaba nada tanto como los libros. Vivía entonces en lo de mi abuelo que escribía mucho y poseía una inmensa biblioteca. Y estar todo el día en medio de libros, tener que atravesar la biblioteca cada día era para mí casi un suplicio... Y verosímilmente... en verdad ¿por qué motivo me puse a escribir? ¿Por qué escribo libros? Por puro espíritu de contradicción con respecto a mí mismo, por oposición a un estado de hecho, porque resistir, como ya lo dije, expresa a mis ojos todo. Deseaba vivir en estado de permanente oposición. He ahí por qué escribo prosa.
En Tres días [Tinieblas, Barcelona, Gedisa editorial, 1987]
Trad.: Margarita Misraji
Dirección: Claude Porcell
me gusta esa contradicción, entre otras.
gracias por ese fragmento.
saludos!
Gocemos nosotros de su genial contradicción.
Un saludo y un abrazo.