Davida Kidd
Thomas Bernhard e Ingeborg Bachmann
29 de diciembre de 2007
Leemos en Thomas Bernhard, una biografía de Miguel Sáenz (Madrid, Siruela, 1996):
(...)
Después de la muerte de Thomas Bernhard han comenzado a aparecer mujeres que tuvieron con él relaciones más o menos estrechas y que, a veces, se han creído obligadas a contarlo. El grado de amistad parecer haber sido muy diverso.
(...)
Las relaciones entre Bernhard e Ingeborg Bachmann merecerían un estudio más a fondo. La Bachamnn es, sin lugar a dudas, la María de Extinción (aunque probablemente hay rasgos de ella también en la Persa de Sí) y el traje de "paje" que Bernhard describe en el sueño del protagonista está perfectamente documentado por una fotografía (y es probablemente el mismo de que habla en cierta ocasión Hilde Spiel). Bernhard admiraba la poesía de Ingeborg Bachmann, pero también su inteligencia: A la Bachmann la quería mucho, era una mujer muy inteligente. Una combinación extraña, ¿no? La mayoría de las veces las mujeres son tontas, pero aceptables y, llegado el caso, agradables; inteligentes también, pero raras veces. En El imitador de voces le dedica una sentida página: En un hospital romano ha muerto la poetisa más inteligente e importante que nuestro país ha producido en este siglo [...] Yo hice viajes con ella [...] La noticia de su muerte me recordó que fue mi primer huésped en mi casa, todavía totalmente vacía.(...)
(...)
Las relaciones entre Bernhard e Ingeborg Bachmann merecerían un estudio más a fondo. La Bachamnn es, sin lugar a dudas, la María de Extinción (aunque probablemente hay rasgos de ella también en la Persa de Sí) y el traje de "paje" que Bernhard describe en el sueño del protagonista está perfectamente documentado por una fotografía (y es probablemente el mismo de que habla en cierta ocasión Hilde Spiel). Bernhard admiraba la poesía de Ingeborg Bachmann, pero también su inteligencia: A la Bachmann la quería mucho, era una mujer muy inteligente. Una combinación extraña, ¿no? La mayoría de las veces las mujeres son tontas, pero aceptables y, llegado el caso, agradables; inteligentes también, pero raras veces. En El imitador de voces le dedica una sentida página: En un hospital romano ha muerto la poetisa más inteligente e importante que nuestro país ha producido en este siglo [...] Yo hice viajes con ella [...] La noticia de su muerte me recordó que fue mi primer huésped en mi casa, todavía totalmente vacía.(...)
En Roma es uno de los relatos más conmovedores de El imitador de voces, un recorrido desolador por el destino trágico del artista. No sabía sobre Bachmann y cuando lo leí se me vino inmediatamente la imagen aterradora de Fernando Vallejo convaleciente en una cama de hospital.
Saludo.