Meditabundia

20 de agosto de 2007




4 comentarios:
Anónimo 21 de agosto de 2007, 3:56 a.m.  

Dime,Simón, ¿qué libro estás leyendo? ¿qué libro has tomado hoy del anaquel? A ver, a ver, nos atrevemos con La muerte de Empédocles... primer acto...tú Empédocles y yo Pantea.
"Aquí está su jardín. Allá en la sombra secreta, donde brota la fuente, allí estaba de pie, hace muy poco, cuando yo pasaba...Tú, ¿no lo has visto nunca?"

k

Sergio 21 de agosto de 2007, 12:11 p.m.  

Sí, a mi ella le encantan los gatos y la carita de este le ha parecido triste más que meditabunda. ¿Qué le ha sucedido?. Tuvimos que sacrificar un gato hace muy poco tiempo, lo que dio lugar aun poema que he expuesto en mi blog llamado "el viajero", el dolor que sentimos por él fue indecible, pese a que nos había mordido a gusto y piacere (ambos conservamos las cicatrices y demás marcas en brazos y piernas), sin embargo ella que ama los gatos, y yo que amo a gatos, perros, elefantes, cotorritas australianas, víboras, arañas, etc, etc (con la sola excepción de las cucarachas que me dan una fobia de esas que no te puedes creer) te decimos que dale, que le comprés ese ratoncito que tanto desea para "mimarlo"...

¿No ves que está sufriendo?

Un abrazo.

Patricia Damiano 21 de agosto de 2007, 1:46 p.m.  

Está observando el universo pero no está triste.

Otro abrazo

Anónimo 21 de agosto de 2007, 5:53 p.m.  

Sí, Pat, estábamos observándolo al borde del cráter del volcán, en eso estábamos, no se te escapa nada, jejeje.
Abrazo
k

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