momentos de inasible belleza, como aquella tarde en que con un amigo esperamos la salida de dead can dance de dr jekyll para hablar con todos los músicos y saludar a lisa gerrard (una condesa, también abajo del escenario). o esa noche que lloré cuando liz frazer empezó a entonar "blue bell knoll."
Impresionante este fragmento, me he quedado sin palabras...
Lilián
las lágrimas ya no son parte de mí, han huído de mi cuerpo así como mi voz...
Un saludo
Vanesa Aldunate
momentos de inasible belleza, como aquella tarde en que con un amigo esperamos la salida de dead can dance de dr jekyll para hablar con todos los músicos y saludar a lisa gerrard (una condesa, también abajo del escenario).
o esa noche que lloré cuando liz frazer empezó a entonar "blue bell knoll."