Carlos García: Macedonerías, 1: Del «Cuaderno 1922-1925» [Inédito]

9 de mayo de 2020







En la segunda mitad de la década del 90, mientras daba fin a mi libro Co­rres­­pon­dencia Mace­donio-Borges (aparecido, con más de dos años de re­tra­so, en el 2000), conocí en Buenos Aires al entretanto fallecido Adolfo de Obie­ta, hijo de Macedonio.

Don Adolfo fue muy generoso conmigo: me abrió las puertas de su mo­desto departamento, me per­mi­tió hurgar en su biblio­teca y hacer un lis­ta­do de los libros con dedica­to­rias que tenía en su casa, mientas él seguía descifrando manuscritos de su padre y pasándolos a máquina; me mostró muchos de esos ma­nuscritos, conservados en un gran mueble metálico, de antigua oficina; me per­mitió publicar algunas cartas de su pa­dre hasta ese momento inéditas (al español Juan Ramón Ji­ménez, al mexicano Alfonso Reyes, a nuestro Xul So­lar),[1] res­pon­dió afablemente a to­das mis pre­guntas y me obse­quió al­gunos de sus li­bros.

En la dedicatoria de uno de ellos me dio a entender que tenía grandes es­pe­ranzas en mi trabajo, del cual le había hecho llegar un ejemplar mecano­grafiado. En­tendí que deseaba que se trataran por fin abier­ta­mente algu­nos temas, en especial el relacionado con Bor­ges. Sobre esta relación, mi libro ofrecía, en efecto, diver­sas novedades, que hallaron su beneplácito, aunque eran a con­­trapelo de la versión oficial, o quizás por ello mismo.

Don Adolfo tam­bién me prestó libretas y cuader­nos de Macedonio, que le de­volví tras hacer foto­co­pias y tomar muchas notas (se conservan hoy en la Fundación San Telmo).[2]

La calidad de esas fotocopias en blanco y negro deja mucho que desear, y dificulta la lectura de la ya de por sí a menudo entreverada letra. Sirven ahora, em­pero, de fuente a la pri­mera entrega de esta serie, que preveo de apa­rición irregular.[3]

Las citas proceden de un cuaderno inédito, fechado ofi­cialmente “1922-1923”, mediante una etiqueta escrita a máquina y pegada sobre la portada, probablemente por Obieta, quien anotó:

Este cuaderno –empezado por cada extremo, como casi todos los de M.F., y por tanto con doble numeración (1 a 47 y 1x a 26x)– sirvió origi­nal­mente para ano­ta­ciones domésticas o familiares de Adolfo Antonio Fernández del Mazo, hermano de Macedonio (1876). Datos sobre bienes de familia, parientes, informaciones útiles, etc. Se ve que Macedonio lo adopta como propio en 1922 o 1923...

Sin embargo, y como los pocos textos fechados que contiene cubren un periodo que va de 1922 al 27-VIII-1925, prefiero denominarlo “1922-1925”.

De ese cuaderno extraigo a continuación algunas frases y ocurren­cias de Mace­donio. Antes de transcribirlas, dejo constancia de que el texto original no está pasado en limpio por su autor: por el contrario, está lleno de ta­cha­­­du­ras, de palabras o frases sin terminar, de abreviaturas (“qz” por “qui­zás”, “Hd” por “Humanidad”, etc.), falto de acen­tuación, con una pun­tua­­ción errá­tica, etc. Es decir: lo que se va a leer es, en más de un caso, mi con­je­tural lectura de lo que Macedonio quiso decir.

Se advierte, por un lado, su goce en anotar palabras poco usadas o de soni­do cu­rioso; por otro, la sentencia más o menos humorística, con pre­ten­sión de refrán.[4] Pasajes de ese cuaderno sirvieron de borrador a Papeles de Re­cien­ve­nido, a Una novela que comienza o al “Bobo de Buenos Aires”: Hay como un “aire de familia” entre las notas que con­tiene y textos publi­cados, puestos aquí por escrito antes de hallar su for­mulación definitiva.

En algún caso, agregué entre corchetes referencias a pasajes en las Obras Com­­pletas de Macedonio en los que figuran ideas similares o idénticas; hay también al­gu­na referencia a las ediciones de 1929 y 1944 de Papeles de Re­cien­ve­ni­do, y pocas notas al pie.

Mi selección, caprichosa como cualquier otra, da una buena idea del con­tenido del cuaderno (cuando menos, de la parte que me resulta legible), pero hago constar que no consideré algu­nas clases de notas, sobre todo los relacionados con la fa­milia de Macedonio, sus numerosas pose­siones y ventas de terreno (sobre todo en Rosario), las direcciones en que vivió, los nú­meros de teléfono de algunas amistades, su persistente ocu­pación en temas relacionadas con la salud (“Hgn”: “Higiene”) y si­milar. El signo “[?]” indica que no estoy seguro de que mi lectura sea la co­rrecta.

La nume­ración ha sido introducida por mí, para facilitar referencias.

La última anotación aquí reproducida es del 1 de junio de 1924, día en el que Macedonio cumplió 50 años.

[1]
Chusco – caviloso; gazniar; olisquear – Frenesí – cisquear; ca­zu­rramente / macilento; endilgar; socarrón; pendencias; galardón; ava­sa­llado / embestir

[2]
Si los peces supieran leer se les podría cazar con palabras, como a los elec­tores de las grandes democracias.

[3]
Hacia el final de esta vida he adquirido mucha experiencia que em­­­­plearé en la otra. No se puede dudar de la utilidad de la expe­rien­­cia si este mundo fuera el otro.

[4]
Santiago Dabove es siempre el primero en llegar tarde.[5]

[5]
Era tan charlatán y tan poco sentido tenía lo que hablaba que yo pienso que el comer perejil le sería fatal como a un loro.

[6]
Bien puedo creer que una taza de buen té caliente puede salvar la vida, pues el rascar la cabeza suavemente provoca el sueño en un insomne, se­gún Ema Clerice.

[7]
Es pájaro y hasta vuela (MF)

[8]
Espérame siempre (ajeno). Ahora ya la tarde (MF)

[9]
La vida nos engaña y no se deja engañar.

[10]
Hace como tres días que desde ayer estoy dando vueltas alrededor del chis­te de González Lanuza considerándolo de todos sus costados y lo de­claro el mejor de cuantos he conocido. Los míos quedan tan aplas­tados que pare­cen chistes de condolencia / pésame.[6]

[11]
Elegíaco: Como se horroriza un carbonero mayormente si al mismo tiempo es papero de la casa, de encontrar en la cocina de esta una balan­za fla­mante después de haber durante años estrujado los kilos de papas y car­bones que metía semanalmente allí como marchante ilegible de toda con­fianza, así, aproximadamente así, quedé sumido en desolacion al des­cubrir tu ingratitud y olvido.

[12]
Tengo más noticias de la Historia; mi historia de la Historia es que esta es la “crónica social” de la Humanidad; en ella sólo aparec hay la va­nidad y algo quizás peor: el proselitismo. Solo Jesús podría salvar la Historia de su presun­ción[?]; pero su proselitismo me hace dudar com­ple­tamente de su hon­dura de bondad; Jesús solo puede salvarse si se de­muestra que su prose­litismo era su his­te­ris­mo, como yo lo creo, lo enfer­mo de él. Cuando se tiene padre y madre y se puede tener hijos, esposa, el que los deja para salvar a la Humanidad es un inconsistente[?] psicológico, un farsante siem­pre, excepto en el caso de Jesús, que fue un histérico.

[13]
Lindo chiste seria: Carlitos ,a quien se le ha regalado 1 par de botas de­masiado grandes por burla, buscando 1 calzador para entrárselas.

[14]
La muerte le sobrevino al fin, pero tan tarde que ya no pudo apro­ve­charla.

[15]
Todo nos lo dicen de los grandes hombres; qué comía, a qué edad se casó etc., pero ocultan siempre especificar la edad que tenían al nacer, parti­cu­larmente si se trata de genios a quienes se les atri­buye singular precocidad. [Cf. PR44, 71]

[16]
Estrella de la tarde detente oh no te vayas etc. (pocos datos pero mucho sentimiento).

[17]
Entró y hallóla desnuda en la habitación. ¿Qué hubiera sucedido si él no entrara, o fuera ciego, o la oscuridad fuese completa?

[18]
Debe creérseme que un vaso de buen vino, un buen cigarro, un sabroso pastel, una perfumada taza de café etc. que no se beban, fuman o comen hacen mucho más mal.

[19]
Cuando se empezó a dudar de la indestructibilidad de la materia, recién se les ocurrió a los hombres afirmarla y pregonarla. Hamlet creía en ella, se­gún su monólogo en el cementerio.

[20]
Salga lo que salgare.

[21]
“En los nidos de antaño no hay pajaros hogaño.”

[22]
R. Rolland libro tan largo que obliga o a leerlo a o dejarlo.

[23]
Caso notable el de cuando al querer tomar café después del mate por la mañana y querer fumar se siente que eso es va a ser insatisfactorio

[24]
Por ejemplo, ¿por qué toman el café con azúcar?

[25]
Desde Metchnikoff –y quizás mucho antes– la fisiología descubrió que hay co­­mes­tibles que no nutren, sino que sirven para empujar el residuo di­ges­tivo

[26]
La lluvia con sol es un final de lágrimas en que ya está la muerte

[27]
Vea un poco si ha venido Juan (los italianos)

[28]
“Dejarse” verbo inventado por el pueblo refundiendo dos verbos.
“dejarse violar” [Cf. Cuaderno 1924, 59: “dejarse copular”]

[29]
El diablo no tiene ovejas pero vende lana (italiano)

[30]
Dios da ollas pero no tapas - popular [OC 8, 378]

[31]
El diablo hace más tapas que ollas (MF)

[32]
El diablo es caro (MF: la venta del alma; la morfina)

[33]
La mañana es para empezar (Proverbio de MF)

[34]
Biología  ¿Es infracción biológica el no fumar en un hijo de fumador?

[35]
La moral y la política son meramente el arte de que trabajen “los otros”.

[36]
Higiene — El frío en verano es recomendable, búsquesele.

[37]
Nada hace tanto mal a la salud como las enfermedades, aunque no se las cure.

[38]
Ese literato cuanto menos escribe más gusta.

[39]
Entre los lite­ratos que escriben mucho –todos lo hacen– yo soy de los que es­criben poco.

[40]
La dentadura ya no es más que una hipótesis en las bocas.

[41]
El día que se descubra un sacamanchas de poder bastante para disol­ver los agujeros de los manteles, los trabajos excavatorios de dedos de los invita­dos serán tan poco conmemorados en la casa como para no valer la pena.

[42]
Deberán ser reformados y dirigidos dán­dosele otra dirección que compro­meta el malhumor de la familia visitada por un tiempo decoroso.

[43]
Peligros lógicos: más son las enfermedades de que uno cura que aquellas de que uno muere.

[44]
Reacción Wassermann – Hijos dobles


[45]
¿Por qué se muere? ¿Por qué se deja de crecer?

[46]
Rumor sobre la vejiga

[47]
El modo menos disimulado de no hacer nada, es el estudio de la gramática

[48]
Es absolutamente éste el numero de los viajes de Colón: dos que hizo y uno que no hizo[7]

[49]
Si el aire fuera humo
No se vería el Mundo, así fuera feo
Mas como el aire es de aire
Hubo que hacerlo lindo. (Bobo de Buenos Aires) [cf. OC 4, 119]

[50]
Ningún hombre sabe decir qué es el beso, ¿por qué se besa a un niño? Tampoco sabe qué es la muerte. Hay grandes matronas que saben ambas cosas.

[51]
Este mundo es el otro del otro. (Se podría convencer a cada niño.)

[52]
Cumplo hoy 50 años. No obstante que esto no me ha sucedido nunca hasta hoy, la impresión ha sido poca. Tampoco supongo que por ello ha­ya batido yo algún record que pudiera hacer decir a mis admi­ra­do­res “nadie cumplió los 50 años tan pronto”.[8]

(Hamburg, 5-V-2020)




[1] Algunas de ellas han sido adoptadas, sin mención de la fuente, en un apéndice de la reedición del Epistolario de Macedonio, pero no todas.

[2] Resalto este detalle, porque sé de personas a quienes Obieta prestó biblio­ratos llenos de textos de Macedonio que nunca fueron devueltos a su dueño.

[3] Comencé a hacer las primeras transcripciones en diciembre de 1997. Aproveché algu­nas de ellas para los estudios filológicos que publiqué sobre Macedonio en la entre­tanto desaparecida página web [www.macedonio.net]. Planeo la actualización y publi­cación (en 2020 o 2021) de esos y otros textos en un volumen que se titulará Ma­ce­donio, ida o vuelta, de mi serie Cuadernos de Hamburgo.

[4] Algunos testimonios de su interés en el tema: “Hombre en escalera no vale una pera. (Casi proverbio de mi invención.)”, o “Ya que no puedo hacer una copla ni un proverbio comparables a uno cualquiera de las docenas que inventó el pueblo, no me queda más camino que hacerme escritor de muchos volúmenes” (Cuadernos de Todo y Nada, 1972, 46 y 107).

[5] González Lanuza es mencionado elogiosamente en Papeles de Recienvenido (OC 4, 59-60): “Hace algún tiempo, en las reuniones (de varios) que teníamos, Eduardo Gon­zález Lanuza brillaba por sus improvisaciones no sólo de dicciones o invenciones poé­ticas, sino de ingeniosidades humorísticas”.

[6] Este chiste pasará a formar parte de Adriana Buenos Aires (OC 5, 82); uno similar en Papeles de Recienvenido (1944, 71).

[7] Esta frase y otros párrafos del Cuaderno pasarán a conformar “La nada de un viaje de Colón”: Papeles de Recien­venido (1967, 126).

[8] El tema es tratado de manera similar en otro cuaderno, de 1924, p. 89.


Foto arriba sin créditos: Macedonio Fernández















Carlos García nació en Buenos Aires en 1953; se trasladó a España en marzo de 1977
Vive en Hamburg (Alemania) desde 1979 (Bio)
En FB: Décadas 20-30

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1 comentarios:
Unknown 11 de mayo de 2020, 5:23 a.m.  

Siempre es una felicidad descubrir inéditos de un escritor querido. Sobre todo de uno como Macedonio, tan personal. No conozco frase suya en la que no esté, en la que no "la pensara". O en la que se durmiera como se dormía hasta Homero (en esa ferretería que es la Ilíada, según Macedonio). No son pocos los pensamientos de Antonio Porchia que me dejan frío. Y varios de los Lichtenberg se hubieran podido perder sin que ningún lector se diera cuenta del faltaso aunque más tarde los encontrara. En cambio cada vez que alguien -que por lo general se llama Carlos García- saca a la luz los de Macedonio, no podemos menos que estar agradecidos. Cada palabra suya está viva. Y da como un alivio leerla. Como si con anterioridad hubiera faltado algo y tan sólo ahora lo viniéramos a saber.

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