Thomas Bernhard - Corrección - Fragmento
15 de julio de 2007
(...) De pronto, sin embargo, tuve otra vez ganas de hacer otra vez, de lo que había hecho con un esfuerzo de años, una cosa distinta, de forma que, de repente, en el tren, estuve otra vez en la misma situación en que estaba una y otra vez cuando creía haber terminado una cosa, y luego sabía que era totalmente distinta, y estaba dispuesto a hacerla distinta. Poco a poco ha surgido entonces, una y otra vez, otro manuscrito, lo mismo que ahora otra vez, mediante la aniquilación del antiguo, surge un nuevo manuscrito, totalmente distinto, pro lo supremo sería no dejar surgir ningún nuevo manuscrito, no corregirlo, no aniquilarlo más, así Roithamer. Cuando corrijo destruyo, cuando destruyo aniquilo, así Roithamer. Lo que él había calificado anteriormente de mejoramiento no era más que empeoramiento, destrucción, aniquilación. Toda corrección es aniquilación, así Roithamer. Tampoco este manuscrito es más que una locura, como quizá y con seguridad, con seguridad subrayado, la edificación del Cono no haya sido tampoco otra cosa que una locura, de modo que los que siempre calificaron la construcción del Cono de locura, en el fondo tenían razón, y así tampoco el manuscrito era más que una locura, pero él tenía que responder de esa locura y ejecutarla consecuentemente, la mayor locura, así Roithamer, fue contruir el Cono y escribir ese manuscrito sobre Altensam, y esas dos locuras, la una surgida de la otra y las dos con la mayor desconsideración, me han matado, me han matado subrayado. (...)
En Corrección, Versión castellana de Miguel Sáenz
Madrid, Debate, 1992