Erica Jong (n. 1942): «Envidia del pene»

15 de enero de 2009





Envidio a los hombres que pueden anhelar
con infinita vaciedad
el cuerpo de una mujer,
que esperan que su anhelo
haga un niño,
que su oquedad misma
fertilice lo oscuro.
Las mujeres no se hacen ilusiones sobre esto,
ya que son a la vez
casas y túneles,
copas y las que escancian el vino,
ya que conocen el vacío como estado temporal
entre dos plenitudes,
y no ven en ello ningún romance.
Si yo fuera hombre,
condenado a esa infinita vaciedad,
y no teniendo alternativa,
encontraría, como los otros, sin duda,
una mujer
para bautizarla Vientre de Luna,
Madona, Diosa del Cabello de Oro
y hacerla tienda de mi deseo,
paracaídas de seda de mi lujuria,
icono ojiazul de mi sagrada comezón sexual,
madre de mi hambre.
Pero ya que soy mujer,
debo no sólo inspirar el poema
sino también escribirlo a máquina,
no sólo concebir al niño
sino también darlo a luz,
no sólo dar a luz al niño
sino también bañarlo,
no sólo bañar al niño
sino también alimentarlo,
no sólo alimentar al niño
sino también llevarlo
a todas partes, a todas partes...

mientras que los hombres escriben poemas
sobre los misterios de la maternidad.

Envidio a los hombres que pueden anhelar
con infinita vaciedad.




En Siete poetas norteamericanas contemporáneas
Selección, notas y traducción de Beth Miller

Cortesía de Material de lectura


Foto (detalle): Erica Jong por Paul Slade / Getty Images

3 comentarios:
sonoio 15 de enero de 2009, 11:57 p.m.  

es un poema bellísimo, me encanta cada cosa que subís, gracias

Jacinto Deleble Garea 18 de enero de 2009, 10:42 a.m.  

***






Yo he conocido a un hombre que comentó que no alababa las comidas que le preparaba su mujer (comidas que consideraba exquisitas) porque así conseguía que ella se siguiera esforzando en hacerlo cada vez mejor.

Yo he conocido a un hombre que, aunque para conciliar el sueño solía recostarse boca abajo, aprendió a hacerlo boca arriba porque a su mujer le encantaba tomar el primer sueño recostada sobre su pecho.

Afortunadamente existen hombres como este último.

El primero, desde luego, merece este poema.

Me encantó Patricia.

Gracias por compartirlo.






***

Anónimo 18 de enero de 2009, 6:22 p.m.  

'' the silk parachute of my lust ''

La conocí hace unos años , personalmente , en casa de unos amigos en NY. Casi nadie la quería !

Publicar un comentario




***

Archivo

  © Blogger templates Romantico by Ourblogtemplates.com 2008

Back to TOP