29 de noviembre de 2012

René Char: La ranita





La ranita se confía a la cesta que la jala. La rama húmeda retira su hoja. ¡La corteza y las hojas nuevas cuidan un vientre heráldico! La cocción de la guadaña en llamas será para el bajo mundo de las hierbas mordidas.

La aberración ocupa todo el cielo: allá arriba, el divino agavanzo* azota a muerte sus estrellas.






Versión de Francisco Falcato
* El agavanzo es un rosal salvaje, un lugar rodeado de zarzas. (N. del T.)

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