14 de octubre de 2012

Edmond Jabès: El instante de después




1

          "El ojo capta lo que va a suprimir. No puede percibir lo que
escapa a la muerte y es invisible", decía él.

          "El ojo es humano. El ojo hizo a Adán mortal.
          "Cuando Adán abrió los ojos, Dios tembló.
          "La caída de Adán es el triunfo del ojo"
          "Dios no tiene mirada", decía él todavía.

          Dios sabe: El es ciego. El hombre aprende a conocer lo que
sus ojos suprimen. Todo conocimiento pasa por la elección. La elección
es garante del asesinato.

          "No matarás", manda Dios. ¿Esperaba El que el hombre volviera
a ser ciego?

          "Ah Señor, ¿por qué hacer de mí un asesino, dotándome del
sentido de la vista y luego condenarme a causa de mis ojos abiertos?",
había escrito un rabino encontrado poco después de que fuera
escrita la última página del Libro de las preguntas.

          "Dios creó el mundo a la medida de la mirada de la creatura
a fin de que murieran las unas por las otras", había anotado él.
          "Dios creó el mundo, es decir Dios Se creó para afrontar la
mirada del hombre y develar Su poderío escapándosele", había
anotado él por otro lado.

          La mejor prueba de amor que podía dar a Dios la creatura fue
aceptar su invisibilidad.

          El mundo se apagará con el ojo. Todo habrá sido dicho, como
al principio.


2

         "...la apertura mortal del ojo."
                                        Jacques Derrida.


3

          El ojo es la página blanca. Sucumbe a la mirada.

          Harás de lo que veas tu escritura y de lo que te ve, tu lectura.

          El ojo es olvido. A la vez, olvido de las cosas vistas y mirada tú
del olvido.

          No harás nada. Te disgregarás.





de Le livre des marges (1975)
En Poesía francesa contemporánea 1940-1997
Selección, traducción y prólogo Jorge Fondebrider
Buenos Aires, Libros de Tierra Firme, 1997

Foto: Edmond Jabès por David Mohor



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