adiós adiós pájaro-negro
no son cientos de pájaros ni miles de pájaros
pues lo que siempre vuela es un solo pájaro
que lleva mis horrorosas entrañas
pájaro
cada vez que te concibo pierdo la vista
en mi ceguera vivo porque huelo el mundo
entonces todo lo que antes he sido muere
y una nueva vida ciega comienza a florecer.
adiós adiós pájaro-negro en la tarima
canta transformado en pájaro
la audiencia se convierte en diez mil oídos que escuchan
son entonces millones de alas
enceguecidas agitan sus alas cada cual convirtiéndose en
pájaro-espíritu
siguiendo la voz del pájaro en la tarima
danzando sobre las butacas oscuras
mas ¿quién puede descubrir el pájaro real
desde su aparición? además
adiós adiós pájaro-negro
¿qué es lo que realmente levanta el vuelo aquí?
el que canta ni lo sabe él solamente
cae en éxtasis y siente ahora
que algo ahora se alza en vuelo
lo real puede ser su ritmo fácil
o puede ser el lomo más tierno de su alma
podría ser la memoria de una incómoda estrella pecadora
o la sangre tibia
salpicada del cerebro con forma de tulipán de su niño
sentado en primera fila.
Adiós adiós pájaro-negro
soy un pájaro
así lo niegue
o me acepte como soy
mientras este aguzado pico que nunca deje de picotear
y las alas con su hábito de aletear
no puedan ser arrancados de mí
hoy soy un pájaro
me convierto en plegaria
que penetra en el cielo varias veces al día
sólo para ser lanzada otra vez de regreso a la tierra
o soy las entrañas que carga el pájaro que cae
estos inmensos caídos pájaros que en mi interior se reúnen
pequeños pájaros, delgados, pájaros precoces
quizás vanos y tiernos pájaros
algunos medio vivos gimiendo dentro de mí
sepulto estos pájaros como un hábito diario
mientras otros desvisten la piel de sus huesos
como un hábito diario caliento los huevos de futuros pájaros
tan tierna y desesperadamente
también ellos se volverán pájaros grotescos
que romperán el futuro con sus picos.
Adiós adiós pájaro-negro
me he convertido en ese pájaro grotesco
y quiero que ese pájaro vuele lejos de una vez y para siempre
debo hacerlo volar tan lejos con tal fuerza que salpique
su sangre
mientras yo anuncio mi corazón
con un grito.
En Meditación ardiente y otros poemas
Trad.: Fernando Barbosa
Caracas, © Fundación Editorial el perro y la rana, 2007
Foto: Kasuko Shiraishi © Pieter Vandermeer - Tineke de Lange
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