Tierra baldía, II
Versión de Alberto Girri
La Silla en que estaba sentada, como un bruñido trono
se reflejaba en el mármol, donde el espejo
sostenido por columnas labradas con pámpanos y racimos
entre los que un dorado Cupido atisbaba
(otro escondía sus ojos detrás del ala)
duplicaba las llamas de candelabros se siete brazos
arrojando luz sobre la mesa mientras
el centelleo de sus joyas, derramándose en rica profusión
desde estuches de raso, subía a su encuentro;
en frascos de marfil y cristal coloreado
abiertos, acechaban sus extraños perfumes sintéticos,
en ungüento, en polvo, o liquido, turbaban, confundían
y ahogaban los sentidos en fragancias; agitados por el aire
que se renovaba desde la ventana, ascendían
engrosando las alargadas llamas de las velas,
lanzando su humo hacia la laquearia,
agitando el dibujo del artesonado.
Enormes leños de un naufragio tachonados de cobre
ardían en verde y naranja, enmarcados por la piedra coloreada,
en cuya triste luz nadaba un delfín cincelado.
Sobre el antiguo manto de la chimenea se exponía
como si una ventana diera sobre la selvática escena,
la metamorfosis de Fiomela, por el bárbaro rey
tan rudamente forzada; sin embargo allí el ruiseñor
henchía todo el desierto con inviolable voz
y ella seguía gimiendo, y el mundo siguen aun,
"yag yag" a sucios oídos.
Y otros ajados muñones de tiempo
se narraban en las paredes; formas atónitas
asomaban, inclinándose, silenciando el cuarto cerrado.
Por la escalera se arrastraban pasos.
A la luz del fuego, bajo el cepillo, sus cabellos
se abrían en puntas de fuego
encendidos en palabras, luego se aquietaron en feroz calma.
"Estoy mal de los nervios esta noche. Sí, mal. Quédate conmigo.
Háblame. ¿Por qué no hablas nunca? Habla.
¿En qué piensas? ¿Qué piensas? ¿Qué?
Nunca sé en que piensas. Piensa."
Pienso que estamos en el callejón de las ratas
donde los muertos perdieron sus huesos.
"¿Qué ruido es ése?"
El viento bajo la puerta.
"Qué ruido es ése ahora? ¿Qué hace el viento?
Nada, otra vez nada.
"¿No sabes nada? ¿No ves nada? ¿No recuerdas
nada?"
Recuerdo
Perlas son éstas que fueron sus ojos.
"¿Estás vivo, o no? ¿No tienes nada en la cabeza?"
Pero
Oh Oh Oh Oh ese Shakespeherian Rag…
Es tan elegante
Tan inteligente
"¿Qué haré ahora? ¿Qué haré?
Saldré como estoy, y me pasearé por la calle
Con el pelo suelto, así. ¿Qué haremos mañana?
¿Qué haremos nunca?"
El agua caliente a las diez.
Y si llueve, un coche cerrado a las cuatro.
Y jugaremos una partida de ajedrez,
apretando ojos sin párpados y esperando un golpe en la puerta.
Cuando el marido de Lil fue desmovilizado, dije...
Sin medir palabras, yo misma se lo dije a ella,
APURENSE POR FAVOR QUE CERRAMOS
ahora que Albert vuelve, procura estar un poco a la moda.
Querrá saber qué has hecho con ese dinero que te dio
para ponerte algunos dientes. Te lo dio, yo estaba allí.
Sácatelos todos, Lil, hazte una linda dentadura,
te dijo, lo juro, no soporto verte así.
Ni yo tampoco, dije, y piensa en el pobre Albert
ha estado cuatro años en el ejército, necesita diversión,
y si no se la das tú, otras lo harán, le dije.
Oh, ¿es eso?, dijo ella. Algo así, le dije.
Entonces sabré a quién agradecérselo, dijo ella, y me miró fijo.
APURENSE POR FAVOR QUE CERRAMOS
Si no te convence haz como quieras, le dije.
Otras pueden elegir si tú no puedes.
Pero si Albert se larga no será porque no te lo avisaron.
Deberías avergonzarte, le dije, de parecer una anticuada.
(Y sólo tiene treinta y uno)
No puedo remediarlo, dijo ella, poniendo cara larga,
con esas píldoras que tomé para abortar.
(Ya con cinco, y casi muere a causa del pequeño George.)
El farmacéutico dijo que todo andaría bien, pero no fui más la misma.
Eres una gran tonta, le dije.
Bueno, si Albert no te deja tranquila, es tu problema, le dije,
¿por qué te casaste si no quieres hijos?
APURENSE POR FAVOR QUE CERRAMOS
Bueno, ese domingo Albert ya estaba en casa, y tenían
Jamón ahumado caliente,
Y me invitaron a cenar, para que apreciara qué belleza el
Jamón caliente...
APURENSE POR FAVOR QUE CERRAMOS
APURENSE POR FAVOR QUE CERRAMOS
...asnoches Bill. ...asnoches Lou. …asnoches May. …asnoches.
Gracias gracias. …asnoches. ...asnoches.
Buenas noches, señoras, buenas noches, dulces señoras,
buenas noches, buenas noches.
T.S. Eliot (ca. 1920). National Portrait Gallery, London
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