El ser que inspira me dijo:
Soy el que tiembla.
Soy el que rompe,
El que se desliza, el que trepa.
Soy el que entrega.
El ser que transporta me dijo:
Soy el que termina,
El que se atreve, el que abandona.
Pues bien ¿y tú?
Y tú, semejante, ¿por qué te desconoces?
Me siento como juez,
Me echo como vaca,
Penetro como padre,
Doy a luz como madre.
Y tú ¿qué esperas?
Tu cloaca cruza la Real Morada.
Seis mil láminas de palabras tienes en tu boca.
Débil, dices.
¿Quién es débil atravesando los cuatro mundos?
Soy el pájaro. Eres el pájaro.
Soy la flecha empenachada con las plumas del pájaro.
Vuelo. Vuelas.
Navego. Navegas.
Navegamos entre las quijadas del cielo y de la tierra.
Rompo
Pliego
Derramo
Me apoyo sobre los golpes que me lanzan
Raspo
Obstruyo
Obnubilo
Hago retroceder el andar de los vivos
Y tú, que en miseria tienes abundancia
Y tú,
Por tu sed al menos eres sol,
¡Gavilán de tu debilidad, domine!
Mira:
Hago dar vueltas a la mujer
Lincho al anciano
Embriago la raíz
Galopo en la manada de jirafas
Soy el guerrero en paracaídas.
Soy el oído cuando hay ruido
Embauco, cruzo
No tengo nombre
Mi nombre es derrochar los nombres
Soy el viento en el viento
Soy el que engendró a los dioses
En mi estanque fueron creados
De mi estanque fueron expulsados.
Arruino
Desencajo
Descoloco
Al oírme, el hijo arranca los testículos del Padre
Degrado
Trastorno
Trastorno
Con la cabeza en sus tarots mis perros devoran a la cartomántica.
En Pruebas, exorcismos (1945)
Henri Michaux, Antología poética 1927-1986
Buenos Aires, Adriana Hidalgo editora, 2005
Selección, traducción y prólogo de Silvio Mattoni
Foto: Henri Michaux, Paris, 1925, by Claude Cahun
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