pasos de leopardo, el invierno aún lo envolvía como si fuera
una jaula, impidiéndole el paso tozudamente.
Bajo la luz de las estrellas aún brillaba el hielo.
Confesiones de una máscara, Yukio Mishima
I.
Teme la oscuridad
sin un niño
dormido
II.
Los negros troncos de los cerezos
florecen a mis espaldas
soy ciego a la belleza de este mundo
sé que el invierno enjaulará
a la primavera
y sus pasos de leopardo
III.
Si he muerto cuando niño
si a mi cuerpo le cosieron una escena
en la que habitaron como ofrendas
mis juguetes más dilectos
¿Cómo es que mi rostro
envejece en este espejo?
IV.
En japón
los niños son el abismo
en cuyo vértice
la isla entera
está en pie
V.
Hijos
de hijos
de hijos
es la tierra
un vasto desierto
de padres
VI.
La luz de las estrellas
aun brilla en el hielo
un río de niños transparente
como cristales
se parte
y la sangre
nos moja los pies
cada mañana
VII.
Volaré esta noche sobre mi pueblo
en busca de indicios o señales
como lo hice entonces
cabalgando corrientes
de aire tibio y sin nudos
seré la brisa blanca
piel de garza
en la última lluvia
en ese tejido inocente
de nabos y de orquídeas
lanzaré sortilegios
sobre invisibles destinos
escritos en la nada
para volver atrás
las horas y las muertes
hasta que tus brazos
me acunen para siempre
sin tortura
VIII.
Larga espera
de los días
y los ojos
en la luz que cambia
y después
años después
darme cuenta de que salí
pero me llevé conmigo
IX.
Ahora lo sé:
cuando el dolor calla
el dolor miente
X.
En este país
los niños
no cesamos de parir ancianos
Los niños de Japón
Ilustraciones: El pibe efervescente
Portada: Natali Solimandi
Foto AC en solapa: Marina Petit de Meurville
Sitios de Alejandra Correa:
Antes de que anochezca
Los niños de Japón
No hay comentarios.:
Publicar un comentario