18 de junio de 2011

Alejandra Correa: Los niños de Japón: Kimitake











A pesar de que la primavera había llegado con sigilosos
pasos de leopardo, el invierno aún lo envolvía como si fuera
una jaula, impidiéndole el paso tozudamente.
Bajo la luz de las estrellas aún brillaba el hielo.

Confesiones de una máscara, Yukio Mishima


I.


Teme la oscuridad
sin un niño
dormido


II.


Los negros troncos de los cerezos
florecen a mis espaldas


soy ciego a la belleza de este mundo


sé que el invierno enjaulará
a la primavera
y sus pasos de leopardo


III.


Si he muerto cuando niño
si a mi cuerpo le cosieron una escena
en la que habitaron como ofrendas
mis juguetes más dilectos


¿Cómo es que mi rostro
envejece en este espejo?


IV.


En japón
los niños son el abismo
en cuyo vértice
la isla entera
está en pie


V.


Hijos
de hijos
de hijos


es la tierra
un vasto desierto
de padres


VI.


La luz de las estrellas
aun brilla en el hielo


un río de niños transparente
como cristales
se parte


y la sangre
nos moja los pies
cada mañana


VII.


Volaré esta noche sobre mi pueblo
en busca de indicios o señales


como lo hice entonces
cabalgando corrientes
de aire tibio y sin nudos


seré la brisa blanca
piel de garza
en la última lluvia


en ese tejido inocente
de nabos y de orquídeas


lanzaré sortilegios
sobre invisibles destinos
escritos en la nada
para volver atrás
las horas y las muertes


hasta que tus brazos
me acunen para siempre


sin tortura


VIII.


Larga espera
de los días
y los ojos
en la luz que cambia


y después
años después


darme cuenta de que salí
pero me llevé conmigo


IX.


Ahora lo sé:
cuando el dolor calla
el dolor miente


X.


En este país
los niños


no cesamos de parir ancianos




Los niños de Japón
Ilustraciones: El pibe efervescente
Portada: Natali Solimandi
Foto AC en solapa: Marina Petit de Meurville


Sitios de Alejandra Correa:
Antes de que anochezca
Los niños de Japón



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