Detalle de un pequeño cementerio en Turín construido cerca del río Dora en 1777 por orden de Vittorio Amedeo III, para enterrar a la enorme cantidad de víctimas de la peste y del excesivo calor que afectó a Turín en 1776.
El cementerio fue cerrado alrededor de 1884, a causa de frecuentes ritos satánicos y los saqueos de las tumbas durante la noche.
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