16 de agosto de 2009

Marosa di Giorgio - Un texto de "La falena"





Qué especie milagrosa la de los ángeles. Cuando nací oí decían "Angel", "Angeles", u otros nombres. "Nardo", "Lirio". Espuma que crece sobre las ramas, cerámica finísima aumentando sola. Nardo. Lirio.

Y en los ojos de los perros, también, hay ángeles.

O eran altos, vestidos de pluma y gasa, alas larguísimas, ojos grises. Nos acompañan a la escuela (cada uno disponía de uno), al baile de las niñas, a mis bodas sucesivas, paralelas, que ya conté.

Cuando los novios eran lagartos, eucaliptus o claveles.

Y a la boda mayor con el Gato Montés; mi madre tenía miedo y me llevaba de la mano, y papá no se atrevió a ir.

Ellos sobrevolaban cerca. La entrada al bosque, la cocina, la hornacina donde había pequeñas calaveras, palomas cazadas.

Presenciaron el ceremonial y el rito.

Y con su silencioso poderío me salvaron.



Transcripción de Los papeles salvajes, II
Buenos Aires, Adriana Hidalgo editora, 2000




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