Costumbres de los dioses.
Allí los dioses todavía acostumbran a respetar el pacto que los vincula a la tierra.
¡Ay del hombre impulsivo, interesado o cruel, que no haya podido resistir la tentación de abatir una criatura del bosque!
Muerto el animal, los dioses piadosos conceden a los suyos el don de la palabra, para que puedan acusar al asesino y sostener la acusación durante el proceso.
El cazador no escapará fácilmente, porque cada animal tiene una familia numerosa y hablarán todos.
Después del proceso, los animales pierden la palabra y se dispersan con sencillez.
Frente a los cerrojos, Sucesos VI
En Frente a los cerrojos seguido de Puntos de referencia
Trad.: Julia Escobar
Madrid, Editorial Pre-textos, 2000
Imagen: Henri Michaux en foto sin datar
The Granger Collection. New York Cordon Press - Vía
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