A Harry
Los cuerpos no son todos iguales
(algunos tienen el tacto
donde otros tenemos la memoria)
por eso un hombre pidió hablar.
Habló de otras costas,
de lugares que son ningunaparte,
de las curiosidades del lenguaje,
y de unas bolsitas de nylon
que se venden en Foz.
Saldo y, contraflor al resto,
le vi la cicatriz.
Al costado de la cara
una marca, quizá,
de un gesto insolidario
Se puso una sonrisa en el sombrero
y señaló la luna
como lo hacen los tiranos
Como un sabio
me dejó partir
(A veces los cuerpos se parecen
-reconocen–
aunque yo no tenga cicatrices en la cara)
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