3 de enero de 2009

Thomas Bernhard – «Maestros antiguos» (fragmento sobre Mahler)




[...] Un concierto así no merece que se cambie uno de ropa, sentí haberme puesto una camisa limpia. Sobre semejante porquería no escribo en el Times, dijo (Reger). Mahler, Mahler, Mahler, dijo, eso es también irritante. Pero la moda Mahler ha pasado ya su punto culminante, gracias a Dios, dijo, Mahler es al fin y al cabo el compositor más sobreestimado del siglo XX. Mahler era un excelente director de orquesta, pero es un compositor mediocre, como todos los buenos directores de orquesta, como Hindemith, por ejemplo, como Klemperer. La moda Mahler me ha resultado espantosa todos estos años, el mundo entero estaba en un verdadero delirio mahleriano, era ya insoportable. ¿Sabe usted por cierto que la tumba de mi mujer, a la que al fin y al cabo iré a parar también, dijo, está al lado mismo de la tumba de Mahler? Bueno, en el cementerio le puede dar a uno realmente igual junto a quién está, ni siquiera estar al lado de Mahler me irrita. La canción de la tierra con Kathleen Ferrier, quizá, dijo Reger, pero todo el resto mahleriano lo rechazo, no vale nada, no resiste un examen detenido. En comparación, Webern es realmente un genio, por no hablar de Schönberg y de Berg. No, Mahler fue una aberración. Mahler es el típico compositor de moda del Jungendstiel, naturalmente mucho peor aún que Bruckner, con el que al fin y al cabo tiene muchas similitudes cursis. [...]

Reger estaba apoyado en el bastón encajado entre sus rodillas cuando dijo: Piense, Atzbacher, lo que significa tener la misión de componer la sinfonía más larga de la historia de la música. A nadie se le hubiera ocurrido semejante absurdo más que a Mahler. Mucha gente dice que Mahler fue el último gran compositor austríaco, lo que es ridículo. Un hombre que, de forma plenamente consciente, hace que toquen cincuenta violinista sólo para superar a Wagner, es ridículo. Con Mahler la música austríaca alcanzó su punto más bajo absoluto, dijo Reger. La más pura cursilería provocadora de una histeria de masas. [...]




Transcripción de Maestros antiguos
Traducción Miguel Sáenz
Madrid, Alianza Editorial, 1991 (pp. 114-115 y 145)




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