bárbaro consuelo: solo un enano sostiene ahora a la vida
la trivial temblequea en rincones brillosos: revuelca
si sayal abre las piernas, una bala le apunta
exactamente negra.
quien extravía sus ancas en la gran babosa
pierde y se enmuerta por siempre: el grito es ancho y la ciudad
se cierra. en un sueño
ratas y murciélagos se buscan
para una felicidad fiera la comidilla
final los sobrevivientes.
En A mano alzada
Buenos Aires, Tierra firme, 1986
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