17 de octubre de 2007

Carmen Blázquez - Los ojos a salvo



Salió del bosque por donde había entrado.
Sus ojos a salvo, enterrados por él, en el bosque.
Salió por donde hubo entrado.
Pensó volver; sabía que eso pensaría
apenas abandonara el bosque.
Pudo volver, mas no volvió a por los ojos.
Sin mirar atrás entró para no mirar atrás.
No volvió a por sus ojos.

Se alejó del bosque y llegó a la casa.
Abrazó cada libro uno por uno
Se abrazó a la silla y a la mesa
Estrechó la almohada contra su pecho
y acercó una brújula a su boca
entonó cánticos.

Al otro lado del mundo
comenzó a librarse
la más antigua batalla.


En Líticas autointuiciones
La fogonera

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