con la edad ardiendo
inclinada
bajo cielos de sagitario
repito el puñal que me suda
la hoja en blanco
que no quiere respirar por mí
***
pronunciarme
otra manera
de ir por lo bajo
siempre recogiendo
agua ajena
***
pertenezco a una raza de mujeres
que se destruyen a medianoche
insinúan perfiles
voces rasgadas
poseen el triste prestigio
de abandonarse a la caída
ellas las que saben
de tiempos que no necesitan
nombrarse
agotarse
olvidarse
En A fuerza de ciudad Caracas, 1989
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