Salman Rushdie - Vergüenza, final

17 de noviembre de 2010

[Contiene spoiler, y no]







El cuerpo de él caía alejándose de ella, un borracho sin cabeza y, cuando la Bestia se desvaneció en ella otra vez, ella se quedó allí parpadeando estúpidamente, insegura sobre sus pies, como si no supiera que todas las historias han de terminar al mismo tiempo, que el fuego sólo estaba haciendo acopio de fuerzas, que en el día del ajuste de cuentas los jueces no están exentos de ser juzgados, y que el poder de la Bestia de la vergüenza no puede ser contenido mucho tiempo en un solo marco de carne y sangre, porque crece, se alimenta y se hincha, hasta que su recipiente estalla.

Y entonces llega la explosión, una onda expansiva que derriba la casa, y después de ella la bola de fuego de su incendio, rodando hacia el horizonte como el mar, y lo último de todo la nube, que se alza y se extiende y flota sobre la nada del escenario, hasta que no puedo ver ya lo que ya no está ahí; la nube silenciosa, de hombre gigante, gris y sin cabeza, una figura de ensueño, un fantasma con su brazo levantado en gesto de adiós.




Final de Vergüenza
Trad. Miguel Sáenz
Barcelona, 1997



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