Mahmud Darwish - La sala de cuidados intensivos

31 de agosto de 2007





El viento me lleva hasta que la tierra me resulta estrecha. Tengo que volar y embridar el viento, pero no soy más que un hombre. He sentido un millón de flautas desgarrándome el pecho, he sudado hielo y he visto mi tumba en mi mano, he dado vueltas en la cama, he vomitado y me he desvanecido un momento. Estoy muerto. Antes de la muerte breve he gritado: te quiero. ¿Entraré a la muerte sobre tus pies? Estoy muerto, completamente muerto. La muerte es tranquila, no llores. La muerte es tranquila, si no fuera por tus manos golpeando mi pecho para que regrese de mi muerte. Te quiero antes y después de la muerte, pero en el intervalo, sólo he visto el rostro de mi madre.

Es el corazón, que se ha perdido un momento antes de regresar. Le pregunto a mi amada: ¿En qué corazón he dado? Ella se inclina sobre mi corazón y cubre mi pregunta con sus lágrimas. ¡Ay, corazón, cómo me has mentido derribándome de mi relincho!

Nos queda mucho tiempo, corazón. Ve al encuentro de la abubilla llegada de la tierra de Balquís.

Hemos enviado las misivas,
atravesado treinta mares, sesenta riberas
y nos queda vida suficiente para ser dispersados.

¡Ay, corazón, cómo has mentido a un caballo que no se cansa de los vientos! Ve despacio para que completemos este último abrazo y nos prosternemos.

Ve despacio... despacio, para que sepa si eres mi corazón o su voz cuando ella grita: tómame.





Del poemario: Es una canción (1986)

Traducción de María Luisa Prieto

Fuente: Poesía árabe

1 comentarios:
Anónimo 1 de septiembre de 2007, 12:01 a.m.  

este es el blog q venia soñando desde hace mucho!!!! q alegria !!! nisè d donde escribes pero yo escribo desde lima!!!!! ya m habia cansado d las mismas cosas en todos los blogs!!!!! gracias!!!!!!!!!!

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