Umberto Eco - El péndulo de Foucault (Fragmentia)

15 de junio de 2007



- Ahora basta, señores - dijo Agliè con tono amable pero firme -. Ahora escuchen lo que voy a decirles. Ustedes saben cuánto valoro en el plano cognoscitivo estas actualizaciones de ritos caídos en desuso, y para mí la iglesia luciferina o la orden de Satanás son igualmente respetables más allá de las diferencias demonológicas. También conocen mi escepticismo al respecto, pero, en fin, con todo pertenecemos a la misma caballería espiritual y les insto a que tengan un mínimo de solidaridad. ¡Además, señores, mezclar al Príncipe de las Tinieblas en disputas personales! De ser cierto resultaría pueril. Vamos, son patrañas de ocultista. Se están comportando como vulgares francmasones. Boutroux es un esquizofrénico, digámoslo claramente, y a ver si usted, estimado Bramanti, le puede convencer de que venda su material de tramoyista del Mefistófeles de Boito a un chamarilero...

- Ah, ah, c'est bien dit ça - se reía sardónico el francés -, c'est de la brocanterie...

- No magnifiquemos los hechos. Ha habido una polémica sobre lo que podríamos llamar formalismos litúrgicos, los ánimos se han caldeado, pero tampoco es cuestión de pasar a las manos. Mire, estimado Pierre, no excluyo en absoluto que en su casa pueda haber entidades extrañas, es lo más natural del mundo, pero con un mínimo de sentido común todo podría explicarse atribuyéndolo a un poltergeist...

- Ah, yo no lo excluiría - dijo Bramanti -. La coyuntura astral en este período...

- ¡Y entonces...! Vamos, dense la mano y únanse en un abrazo fraternal.

Oímos murmullos de disculpas recíprocas.

- A usted también le consta - estaba diciendo Bramanti -, a veces, para reconocer a los que realmente esperan la iniciación, es necesario tolerar hasta el folclore. Hasta esos mercaderes del Grand Orient, que no creen en nada, tienen un ceremonial.

- Bien entendu, le rituel, ah ça...
- Pero espero que hayan entendido que ya no estamos en la época de Crowley - dijo Agliè -. Ahora les dejo porque me están esperando.

Regresamos rápidamente al sofá y esperamos a Agliè con comedimiento y soltura.

Capítulo 46, in fine

1 comentarios:
Luci 14 de diciembre de 2007, 6:20 p.m.  

Hay quien dice que me parezco a Aglie.

Vos dirás en qué.


Lucía.

http://premioparalucia.blogspot.com

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